30 abril 2011

Día 16

Día 16. Hay algo que rescatar del día de hoy. Siempre lo hay. Cumplí mi objetivo, dejé todas las piedras con todos los nombres que en su día prometí y me prometí. A veces crees que no será posible, y cuando lo ves realizado, cuesta algo más ser consciente. Hoy ya he bajado de la cruz de hierro con un kilogramo de peso menos.


La Cruz de Ferro a mi llegada. Subida dura, pero no imposible.

La más pequeña de las piedras, para mi hermano Sergio.

Bien, eso era algo bueno del día de hoy. Lo otro, es la historia de Livia y Unai (nombres preciosos) la pareja responsable del albergue La Piedra, en Villafranca del Bierzo, donde ahora me encuentro. Eran dos jóvenes que vivían en Madrid, con sus carreras universitarias, su futuro en la gran ciudad. Después de hacer por primera vez el Camino de Santiago, decidieron que allí querían quedarse. Rehabilitaron una casa, la dejaron preciosa, y ahí siguen, dando cobijo a cuantos peregrinos lleguen. La estampa es tan hermosa que encajaría en cualquier película de Miyazaki. Creo que es importante mirar en la misma dirección en esta vida, cuando pretendes compartirla con alguien.  (nota: aunque haré más adelante una lista de albergues con algunas indicaciones, no puedo dejar de mandar un abrazo a Livia y Unai, y recomendar su rincón. Todo lo que se pueda decir positivo de su servicio, se queda corto)

Villafranca del Bierzo es un lugar precioso.

5 comentarios:

Chica del espejo dijo...

Cuánto tiempo sin leerte.

Me encanta.

¿El objetivo era dejar en aquella cruz los nombres escritos en piedras?

P. dijo...

Bueno, es una especie de tradición, dejar piedras en la cruz de Hierro con un nombre escrito (aunque se dejan a menudo muchas otras cosas que no son piedras) y tiene varios significados, como recuerdo a una persona desaparecida, o para metafóricamente, dejar allí el peso de los problemas asociados a dicha persona.

Verónica dijo...

Me gusta tu blog. Me gustan tus relatos y las fotos. Me gustaría visitar esos lugares. Saludos desde Buenos Aires, Argentina.

P. dijo...

Gracias Verónica. Sí, son hermosos lugares, es una pena que queden lejos de tu precioso Buenos Aires, pero quién sabe, quizás un día.

la chica de las biscotelas dijo...

Oh, me encanta ese sitio...